¿Tienes un bar y quieres que tu carta sea irresistible? No basta con platos atractivos y buenas ofertas, también hay que saber como presentar el contenido para que consiga algo de “punch” de cara a los parroquianos.
Es más, si no trabajas un correcto diseño y presentación del contenido, es posible que pierdas clientes al perder atractivo. Este hecho suele infravalorarse y es la causa de muchas situaciones que pueden evitarse con un poco de creatividad.
Para echarte una mano hemos elaborado este post, que contiene los puntos fundamentales para que aprendas, de forma rápida y efectiva, cómo hacer cartas para bares.
¡Comenzamos!
Establece prioridades.
Lo primero de todo es hacer una lista con los mejores platos disponibles, en la que se detallen con claridad ingredientes y precios. A partir de aquí hay que iniciar un proceso de clasificación de acuerdo a su relevancia: platos estrella, raciones, tapas y demás. Esto es clave para encontrar ventajas competitivas y propuestas que verdaderamente funcionen. También es útil para eliminar los platos más costosos y que menos beneficios generan.
Estrategia de precios
Es indispensable especificar el IVA en cada uno de los precios. Esto proyectará una imagen de transparencia y confianza beneficiosa para el establecimiento. En cuanto a su distribución en carta, conviene no pegarlos demasiado al nombre del plato ni destacarlos especialmente, ya que esto entorpecerá la lectura y desviará el foco de atención. Las estrategias de psicología son otro “must” que consigue cambiar la percepción del lector. Una cifra con céntimos acabados en 99 se percibe como más barata, ya que se vincula al número entero inmediatamente anterior.
Sobra decir que actualizar los precios es algo obligado, especialmente al comienzo de una nueva estación. De esta manera se podrán incluir propuestas y alimentos de temporada que llamen la atención. Y recuerda, para que el usuario-lector de la carta no calcule mientras lee, es conveniente que las cifras nunca queden alineadas.
Asesórate y escucha
El trabajo en equipo es fundamental a la hora de contrastar información y poner en valor diferentes puntos de vista. Por eso, cuando hablamos de como hacer una carta para bares, se da por sentado que la opinión de los cocineros y camareros será tenida en cuenta. Estos profesionales conocen de buena mano las preferencias de los clientes, y son tremendamente útiles para proporcionar ideas efectivas. Junto a ellos, podrá conformarse la mejor oferta posible. El ego y el control total no sirven de nada, y menos en hostelería.
Diseña una identidad de marca
Una vez fijada la estrategia, hay que dar forma a la imagen corporativa. Esto puede dar algo de pereza, pero es importantísimo proyectar la personalidad del bar a través de los colores y las formas. Además, estos elementos gráficos dependerán del público objetivo a alcanzar: con colores cálidos y brillantes para jóvenes, y fríos y neutrales para aquellos que buscan algo con caché. Por supuesto, la creatividad debe dejar su huella tanto en las zonas visibles del restaurante como en la carta.
- Elige los mejores materiales. No puedes presentar la carta en un soporte de mala calidad, ya que estos detalles son los que hablan de quién eres y que es lo que ofreces.
En Tu Carta y Menú tienes portamenús en cartoné con cartón compacto de 2 mm, forrados con papel couché adhesivo impreso y laminado tanto en brillo como en mate (efecto seda). Todos ellos con la goma de sujeción en el interior para que puedas colocar la carta o menú con los platos de tu bar.
Jerarquiza la información
Sin orden no hay nada que valga. Por ello, quédate con la siguiente jerarquía:
- Primero se colocan los desayunos, aunque es preferible disponer de una carta independiente para los mismos, ya que a partir de cierta hora dejan de servirse.
- Después los entrantes y primeros platos: Sopas, ensaladas, cremas, etc.
- Acto seguido los platos ligeros: pescados, arroces y pastas.
- En tercer lugar, los llamados platos fuertes: principalmente carnes y pescados.
- En última instancia, los postres, frutas, bebidas varias y cafés.
Con esta distribución, que en líneas generales es la que mejor funciona, solo se necesita aportar unas pinceladas de refuerzo visual:
- La longitud tiene que ser breve. Además, en base a los clientes habituales, hay que facilitarles la lectura en base al tamaño de la letra. El empleo de símbolos indicativos ayudará a identificar mejor las propuestas de tipo vegano o vegetariano.
- Los platos que se encuentran en la esquina superior derecha son los que absorben la mayor atención, y es en este punto donde deben ubicarse los platos estrella.
- Si el nombre del plato es muy largo, es funcional poner números que se asocien al mismo. Así, los diálogos camarero-comensal serán mucho más cortos y dinámicos, sin entorpecer la fluidez del servicio. Es una cuestión de gestión del tiempo y facilitación de procesos.
- Diversifica con cabeza. Está claro que no se pueden cubrir todas las expectativas y gustos, pero conviene diversificar lo suficiente para no quedarse atrás. Hablamos de especiales low cost, horas felices, alternativas sin gluten o carne, días especiales, etc. Ideas que contribuyen a no aburrir y que siempre llaman la atención. Esto funciona a la perfección para ganarse la simpatía de los que no son cliente habitual o público objetivo.
Otros consejos interesantes
Cuando el usuario medio piensa en “comida de bar”, piensa en comida de batalla a base de frituras nada convenientes para mantener una alimentación saludable. No obstante, hay que tener en cuenta que esto es precisamente lo que se espera y desea: un rato de ocio sin tener que estar pendientes por las calorías. Por lo tanto, aunque se busque innovar o diversificar, es necesario permanecer con los pies en el suelo y no perder las esencias de lo que significa elaborar una carta para bares.
Un refinamiento excesivo puede ser contraproducente, igual que también lo es no poner el mimo necesario para diferenciarse tanto en la forma como en el fondo. Hay que buscar la máxima rentabilidad y una imagen positiva.